A fin de escapar un poco de la rutina diaria del invierno berlinés, las estudiantes del grupo de Francés cambiaron el aula por un día en París y fueron a tomar un café au lait a las Galeries Lafayette.
Aprender un idioma es mucho más efectivo (y más hermoso) cuando conseguimos emociones a través de por ejemplo la cultura típica del país, las experiencias, las personas o la música. La conexión resultante con la lengua es mucho más eficaz que sólo empollando vocabulario y gramática. Excluir las horas de aprendizaje teórico tampoco da resultado, de ahí que juegue un papel esencial el lugar de estudio, junto con las excursiones a bonitos lugares.
Si cambias de vez en cuando el escritorio por un lugar verde al sol o un francés (español o latinoamericano, coreano, japonés o chino), tu cerebro enlazará imágenes concretas con el contenido lectivo, el cual podrás recordar mejor. ¿Te parece difícil concentrarte en lugares concurridos? Ponte auriculares y un par de canciones suaves. Pruébalo y verás cómo disfrutas más del aprendizaje.
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